viernes, 28 de mayo de 2010

A veces uno cree que lo que duele es la realidad pero lo que duele es el ideal. La vida que imaginás puede ser un sueño, pero también puede convertirse en una cárcel.
Imaginar tu vida ideal está bueno, pero que la vida imagine por vos es mucho mejor. A veces hay que dejarse sorprender.
La obsesión por el ideal te puede hacer perder de vista lo real, lo verdadero, lo que necesitás, nada está a la altura de un ideal.

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